jueves, 9 de julio de 2009

SUBIDA AL SANTUARIO DE LA VIRGEN DEL MONCAYO EN BTT el 8 de julio de 2009

Dejo el coche en el Monasterio de Veruela, a 650 m de altitud. Salgo desde allí con la bici en busca del Santuario de la Virgen del Moncayo, a 1600 m, con lo que el desnivel a salvar va a ser de 950 m a lo largo de 26,5 km de recorrido, 20,5 de ellos sobre asfalto y los últimos 6 sobre un camino de tierra.

Se trata de un recorrido que no tiene fuertes rampas, aunque lo prolongado del mismo hace que haya que abordarlo con tranquilidad y en una buena forma física. Lo más duro se encuentra al principio (primeros 6 km) y al final (últimos 12 km), de manera que la parte media del trayecto es bastante cómoda. De salida (Veruela), se comienza a subir rápidamente. Son rampas incómodas, más que por la pendiente por el hecho de que están al principio y todavía no te ha dado tiempo a calentar el cuerpo, de manera que hay que ser un poco conservador, no apretar mucho pues quedan muchos km por delante. Atravesamos algo de matorral mediterráneo y luego el típico carrascal de la zona, con árboles de pequeño porte del género Quercus. A los 6 km llegamos al inicio del Parque Natural Dehesa del Moncayo. A partir de allí las rampas se dulcifican e incluso nos encontramos con falsos llanos. La vegetación también cambia, y nos encontramos con bosques de Rebollo (Quercus pirenaica) que nos acompañarán hasta el km 12-12,5, cuando encontramos abundancia de pinos de elevado porte que nos acompañará durante al menos 3 km más. En el km 14,5 encontramos el Centro de Interpretación y las rampas comienzan a acentuarse, de manera que serán cada vez mayores hasta el final del recorrido. Paralelamente, aparecen ya los bosques de hayas, los más meridionales de Europa. Una zona fresca y preciosa de la que podemos disfrutar mientras negociamos algunas curvas típicas de 180º. En el km 20,5 comienza a aclararse el bosque y dejamos el asfalto para entrar en una pista de tierra con abundante gravilla que resulta bastante incómoda por el firme y por la pendiente, cada vez mayor. Se alternan hayas con pinos y el cuerpo empieza a sufrir, sobre todo en los km finales. En el último km (lo mejor siempre llega al final) el camino se estrecha notablemente y el firme se complica, pues aparecen piedras enormes que dificultan la progresión. Las rampas no son muy pronunciadas pero el cuerpo sufre por todos los km recorridos. Tras un corto repecho final se llega al Santuario. Sin paradas, yo invertí 2 horas y 10 minutos en recorrer los 26,5 km.

En el Santuario converso con un señor riojano de 86 años que viene de su paseo diario. Me comenta que lleva 45 años pasando aquí las vacaciones ininterrumpidamente. Este año llegó el día 1 de julio y se va a quedar hasta septiembre. Está solo. Los hijos son mayores y su mujer murió hace poco, pero aquí disfruta mucho. Conoce la montaña como la palma de su mano. Me dice que en invierno su “trabajo” consiste en acompañar a su nieto al colegio, con lo que cuando llegan las vacaciones escolares él se queda en el paro. Viene de coger agua en una de las fuentes por las que pasa el camino de acceso al Santuario. A pesar de que tienen carteles de “Agua no tratada”, él me dice que el agua está analizada y que su calidad es superior. Le hago caso y lleno el botellín de la bicicleta. Un hombre muy interesante.

En el santuario con mi bici marca GHOST ¡no podía llamarse de otra forma!

Hayedo Peña Roya Pinar
Rebollar